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RED-bio centra sus acciones en 3 medios naturales representativos de la diversidad de nuestro macizo.

Bosques                  Medios agropastorales                  Turberas ​

 

Cada acción se estructura en torno a un eje de mejora de los conocimientos, un eje de gestión concertada y un eje de sensibilización.

Los bosques

Dos proyectos anteriores (GREEN y CONECTFOR) han permitido comprender mejor la forma en que los gestores de espacios naturales de los Pirineos consideran la biodiversidad forestal (en toda su diversidad), centrándose en los bosques "maduros" y conduciendo a una definición compartida en los Pirineos del concepto de "bosques de alto valor ecológico" (FHVE), que permite incluir un espectro más amplio de bosques ricos en biodiversidad. Sobre la base de esta experiencia, los socios están trabajando para crear una red de bosques de alto valor ecológico en los Pirineos, con el objetivo de preservar una biodiversidad particularmente rica. En particular, esto ayudará a garantizar la continuidad ecológica de las especies que viven en los bosques y que tienen grandes exigencias en cuanto a la calidad de sus hábitats naturales.

 

Esta trabajo sólo puede llevarse a cabo activando mecanismos de cooperación entre gestores de espacios naturales a escala de macizo, lo que debería permitir :

  1. Definir el estado actual de los FHVE pirenaicos (tipos, proporción, localización en particular) y desarrollar una herramienta para alimentar una base de información común (herramienta de actualización continua de los FHVE pirenaicos),

  2. Contribuir, con los agentes forestales, a restaurar la continuidad espacial de los FHVE mediante la puesta en marcha de acciones concretas en los territorios,

  3.  Ayudar a transferir información sobre estos bosques con grandes apuestas en biodiversidad a un grupo de responsables de la toma de decisiones (silvicultores, representantes electos, agentes institucionales en particular)

Los medios agropastorales

Los medios «agropastorales», también conocidos como «medios abiertos», son los únicos que se denominan en función de las prácticas que se llevan a cabo en ellos, y representan importantes retos medioambientales, culturales y económicos. Fruto de antiguos desbroces (para crear zonas de cultivo y ganadería), los prados, praderas y páramos presentan una vegetación (y fauna) extremadamente diversa: ello confiere a muchos productos de la ganadería extensiva una calidad reconocida (queso, ganado, miel, etc.). Los cambios en las prácticas agrícolas (intensificación de algunos sectores o abandono de otros) repercuten en estos medios y en los servicios ecosistémicos asociados (preservación del suelo, almacenamiento de carbono, limitación de la propagación de incendios, producción agrícola, polinización, biodiversidad, etc.). Por lo tanto, es necesario tanto mejorar nuestros conocimientos sobre la influencia de las prácticas de gestión agropastoral en la biodiversidad y los servicios ecosistémicos como promover prácticas agrícolas que contribuyan a mantenerlos o mejorarlos.

Durante las distintas fases del proyecto, este trabajo debe contar necesariamente con la participación de las partes interesadas locales, ya sean propietarios, usuarios/ganaderos/productores, gestores medioambientales, etc., basándose en proyectos y experiencias anteriores. La acción se divide en 3 fases :

  1. Desarrollar una caja de herramientas común para realizar diagnósticos y evaluaciones ecopastorales en relación con prácticas como el ecobuzzaje, el desbroce de matorrales, la gestión de rebaños, las enmiendas del suelo, etc.).

  2. Aplicar estas herramientas en lugares piloto y analizar los resultados para decidir métodos de funcionamiento virtuosos compartidos y hacer recomendaciones para mejorar los indicadores que estén en mal estado.

  3. Transmitir información sobre estas herramientas y prácticas a un conjunto de responsables de la toma de decisiones ( agentes de pastoreo, gestores del medio natural y políticos, en particular).

Las turberas

Los medios turbosos son ecosistemas muy especiales situados en la interfaz entre la tierra y el agua. Tienen muchas funciones y son muy sensibles, aunque sólo cubran una superficie minúscula del macizo pirenaico. El encharcamiento casi permanente y las condiciones atípicas (falta de oxígeno, bajo nivel de nutrientes, etc.) confieren a las turberas una biodiversidad rica y notable formada por comunidades muy específicas. Por tanto, es necesario preservar estos entornos y, en caso necesario, restaurarlos. Para ello, es necesario proporcionar a los gestores de espacios naturales y a los agentes socioeconómicos (por ejemplo, a los pastores, ya que las turberas pueden constituir islas de frescor para sus rebaños, y a los operadores turísticos, ya que las turberas pueden estar situadas cerca de rutas de senderismo) herramientas técnicas de evaluación de la biodiversidad presente y de seguimiento de su evolución, así como ejemplos de acciones concretas para conciliar las actividades humanas y la protección de la biodiversidad en estos entornos.

La acción también se divide en 3 fases :

  1. Uno de los valores añadidos consiste en identificar las lagunas de las herramientas existentes (parámetros fisicoquímicos, grupos taxonómicos específicos), desarrollar y documentar colectivamente módulos de seguimiento complementarios accesibles a todos y aplicarlos en lugares piloto..

  2. Los trabajos de conservación y restauración de sitios turbosos extremadamente degradados también constituyen una novedad importante, que complementará el aspecto «conocimiento» con un componente de «aplicación sobre el terreno»..

  3. Se elaborarán recomendaciones prácticas para ayudar a los gestores y agentes socioeconómicos a trabajar en la protección de estos entornos vulnerables y amenazados.

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